Para comenzar a trabajar este blog, que hace mención a la importancia del profesor jefe y sus funciones, he decidido redactar el siguiente escrito que invita a todo profesor a examinar su labor pedagógica y a replantearla si es necesario. Me he apoyado en algunos autores que al final se describen.
“A medida que la sociedad cambia la educación también lo hace. Como profesores activos, que Chile necesita, debemos estar atentos e innovar para acudir a las necesidades sociales.
Entonces, la labor del profesor debe ser; considerar y hacer que sus alumnos sean capaces de comprender la realidad a través del medio de la “curiosidad”, que surge de las cosas pequeñas del mundo. Es esta curiosidad la que nos permite conocer cada día cosas nuevas, ésta es la necesidad de ir perfeccionándose como persona. “La curiosidad es una necesidad universal que es propia a la naturaleza del ser humano, pero lo no universal es la forma en que se atiende a esta necesidad de saber, de aprender y de enseñar, porque corresponde a cada persona” (P. Freire 1996)
La labor del docente es guiar y mostrar a sus alumnos que tienen un mundo delante de ellos para descubrir y que sus interrogantes son adecuadas, valiosas y contribuyentes a la hora de aprender. De esta forma el alumno aprende del profesor y el profesor de su alumno, al dar pie a preguntas formuladas por sus propias ganas de aprender y del cómo aprender, esas son las instancias que se deben aprovechar para la enseñanza y el aprendizaje. Este punto da lugar a la inacababilidad de las personas, como lo cita Freire “somos seres programados para aprender” (Facois Jacob; 1996), por eso al considerarnos como incompletos, comenzamos a necesitar de
Si el profesor se permite aprender de sus alumnos será un ser ético, según Freire, que demostrará que cada uno vale a través de los actos, por ejemplo, vale más saber escuchar y buscar el conocimiento todos juntos que esperar que el profesor lo haga todo él. En este punto radica la pedagogía de estos tiempos, en que el alumno es el actor principal.
Recurriendo a las palabras de Paulo Freire hablaremos de una pedagogía crítica, que es buena mencionar a la luz de la nueva pedagogía, por el hecho de entregar herramientas para asumirnos como sujetos de la historia, capaces de realizar un cambio en educación. Estos cambios se darían en la práctica según las palabras de Wilhelm Flitner, que sostiene que la práctica tiene sus propios fundamentos y que “el pensamiento pedagógico se funda sobre la situación real, que es al mismo tiempo práctico; la verdad teórica es también entonces, verdad práctica”. Es por eso que la formación inicial docente juega un papel trascendental en los futuros profesores y que puede aportar la propuesta que nos dice que la teoría entregada en la universidad debe estar estrechamente ligada a la práctica en las salas de clases de los colegios, donde es la única forma de aplicar la teoría a las situaciones concretas donde se pueden tomar en cuenta los aportes de los alumnos y su contexto.
Por lo tanto un profesor es quien sabe utilizar todos estos aspectos para su labor docente, es quien procura tener lo más presente el contexto socio-cultual, sus experiencias y todo sus conocimientos para desarrollar de la mejor forma su labor docente”.
Ciertamente han quedado algunos aspectos fuera de este escrito, pero ellos darán pie para nuevas reflexiones.
Bibliografía:
Freire, Paulo. “El grito manso”, 2003.
Freire, Paulo. “Política y Educación”, Siglo veintiuno editoriales. Madrid, España. 1996.
Flitner, Wilhelm. “Manual de pedagogía general”, Editorial Herdel. Barcelona, España. 1972.
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